¿Te ha tratado como si estuvieras loca? 5 pasos para aplicar la responsabilidad afectiva.
A ver si te suena esta escena:
Salen por la tele una mujer y un hombre que llevan un tiempo conociéndose y que comparten por primera vez un espacio de intimidad sexual. Hay un conveniente fundido en negro. Después, el hombre mira a la mujer y le dice “ha estado muy bien, te llamaré dentro de un rato para vernos”. La mujer sonríe. El hombre nunca le llama. Es más, la mujer se entera de que el hombre está cortejando a otras mujeres en el campus universitario que ambos comparten. Cuando ella le pide explicaciones, el hombre dice que estaban “pasando un buen rato” y que “por qué ella está intentando hacer de lo que compartieron algo más de lo que fue”.
Qué rabia, ¿no?
Esto, compañera, está literalmente sacado de la serie de televisión de aventuras juvenil Buffy Cazavampiros. Sí, sé que es una fricada. Pero mira, me sirve para ilustrar lo que es la responsabilidad afectiva:
La responsabilidad afectiva es la capacidad para responsabilizarse de las consecuencias afectivas que la propia conducta tiene en los demás.
No sólo aplica en las relaciones de pareja heterosexual. Además de en otros tipos de relaciones amorosas, se puede cuidar y respetar las emociones de las hijas y los hijos, las madres y los padres, las amigas y los amigos, las y los compañeras/os de trabajo, las empleadas y los empleados… De cualquier persona que tengas al lado.
¿Qué es y qué no es responsabilidad afectiva?
Así no:
En el ejemplo del principio, el hombre está invalidando y negando los sentimientos de la mujer. Le está diciendo que ella ha interpretado mal la situación, que estaba claro desde el principio (mentira cochina). La tacha de loca porque no le interesa tener esa conversación. No le interesa ser el hombre que utiliza a las mujeres, sino que prefiere vivir el “cuento de la mujer histérica”.
Está cambiando qué ha pasado en la historia una vez ya ha pasado, con lo que no le ofrece la oportunidad real de escoger libremente si ella también quería tener un rollo de una noche. Intenta confundirla para que no le pida explicaciones.
Así sí:
Que el hombre le comunicara desde un principio a la mujer que le gustaría tener un momento especial con ella pero que no desearía construir una relación de pareja. Proporcionarle la seguridad de que si ella dice que no, él no va a perder mágicamente el interés. No la chantajea con el abandono emocional si ella dice que no. Le cuenta cómo vive él la situación para ver si están en el mismo plano, porque le importa que estén en el mismo plano.
De esta forma hubiera tomado como su responsabilidad el comunicar sus intenciones de manera no manipulativa. Así, aunque pueda no gustar lo que le comunica, no le engaña para conseguir lo que quiere.
Me dirás «pero Carlota, ¿cómo narices me doy cuenta de que me están haciendo el lío?». Qué buena pregunta. Ya tienes incorporado el detector de irresponsabilidad afectiva, compañera. Es tu corazón. Es cuando tu corazón te trae esa sensación desagradable, esa culpa fea, esa convicción de estar sucia, de no ser suficiente o de que puede perder el interés rápidamente. Muy probablemente cuando eso se esté activando en este tipo de situaciones, esta persona pueda estar dejando de tener en cuenta tus necesidades. O tu libertad para escoger libremente.
Ahora, a la chicha. ¿Qué puedo hacer yo si alguien a mi alrededor me está tratando así?
1
Identifícalo
Date cuenta de que estás teniendo esa sensación de angustia en el pecho, en el vientre, en la garganta. Si lo identificas como tal, tienes medio camino hecho.
2
Explícalo
¿Por qué estoy sintiendo esto? Probablemente la primera explicación (sigue tus instintos si te traen esto) sea que esta persona se ha portado mal contigo. Se puede ser buena gente y portarse mal, pero no debería ser algo muy constante. Recuerda que el amor no duele.
3
No te culpes
Intenta huir de explicaciones tipo “no soy suficiente” o “debo de haber hecho algo mal”. Siempre somos suficientes para merecer ser tratadas como humanas, con respeto y responsabilidad. Se puede ser respetuoso y humano cuando la gente hace algo que me sienta mal, cuando no estoy de acuerdo o incluso cuando quiero terminar una relación sentimental. No hay excusa objetiva para no ser respetuoso.
4
Reescribe la historia oficial
Qué rabia da cuando nos dicen que somos unas exageradas o unas locas, ¿verdad? Esto da rabia porque nos está diciendo que nuestra visión es “una locura”. Me está diciendo a la vez “no es real” y además “tu criterio no vale”. Qué eficiencia del lenguaje, compañera. ¡Cambiemos la historia! Nada de “lo estamos pasando bien”. La realidad es que esa persona ha dejado de lado tus emociones. O las ha utilizado.
5
Compártelo con tus amigas
Por favor, nos haces un favor a todas. Ayudémonos a identificar entre nosotras lo que el patriarcado nos ha borrado. Ayudémonos a señalar con el dedo acusador las conductas de irresponsabilidad afectiva. No tienes por qué hacerlo sola.
Hay una gran fuerza en los números. Seamos más.
Si crees que puedes mejorar tu autoconfianza, que puedes creer más en tu voz, te cuesta confiarle a tus amigas lo que ha pasado por miedo a que te juzguen, o realmente te han roto el corazón, te animo a que me escribas. Consulta conmigo.