4 herramientas de psicóloga para manejar la tristeza.
Hemos llegado a Diciembre en el 2020, y con él, pronto, la Navidad. Sabemos que no va a ser una Navidad como las de antes. Hoy te cuento 4 herramientas para manejar la tristeza ante la pérdida (temporal) de estas fiestas familiares. ¡Sigue leyendo!
Mirar desde la nueva normalidad hacia la antigua es a veces desesperanzador. En España hay una gran tradición de juntarse en familia alrededor de manjares dulces y salados y, por primera vez para muchas de nosotras, este año no va a poder ocurrir. Lógicamente conectarnos con esta realidad nos puede generar sentimiento de tristeza. ¿Por qué?
La tristeza es una emoción básica humana. Nos ocurre a todas y todos cuando estamos lidiando con una pérdida. Y sí, perder la Navidad también cuenta. Nos trae el mensaje de que igual necesitamos parar, reflexionar sobre qué hemos perdido y volver a reconectar con lo importante. Nos lleva de manera natural a pensar sobre el pasado y su diferencia con el presente.
Sin embargo, a veces ocurre que la tristeza se desborda. Nos inunda de malestar y no sabemos qué hacer con ella. Por ejemplo, si venimos de un año de penurias y ajustes, dificultades y miedos, de desconexión de otras personas, puede ser más difícil perder un trocito de tradición y cercanía.
Lo primero que quiero dejar claro es que es totalmente normal sentirse así. No te pasa nada malo en el cerebro. Ahora bien, es una oportunidad para escuchar tus necesidades y tomar cartas en el asunto.
¿Por qué te sientes triste?
Focalizas en lo negativo. Este año parece que todos nuestros cerebros se llenan de lo que perdemos, de lo que no sale bien, de lo que no está. Desde luego no nos falta motivo para pensar en estas cosas, pero no debe monopolizar nuestros cerebros.
Tienes unas expectativas que no vas a poder cumplir. Puede que no dependa sólo de ti que el futuro próximo sea como tú quieres. Si te presionas para conseguirlo sólo vas a conseguir presionarte. O cabrearte con quien te lo impida.
Idealizas lo que no está. Los recuerdos se recubren de bruma con el tiempo. De un año a otro no recordamos la parte negativa de las fiestas Navideñas, sólo las risas, las anécdotas, los abrazos compartidos. No nos viene mal recordarlo si nos hace sentir bien, pero si te llena de malestar igual lo estás idealizando y no es así en realidad.
Pospones el presente por un futuro posible. Al dedicarle tiempo en tu cerebro a pensar sobre lo que no está, dejas de pensar sobre lo que sí está. Y es que en el presente no sólo está lo negativo.
¿Qué te propongo hacer?
Atiende a lo positivo que la vida sigue trayendo. Sabemos que hay cosas negativas últimamente. Son una realidad y hay que atenderla. Pero no tienen por qué ser la única realidad. Prueba a buscar 3 cosas todos los días que te hayan gustado o te hayan puesto contenta, aunque sea un momento.
Cambia lo que puedas cambiar. Si te llega el mensaje de la tristeza, igual necesitas tomar cartas en el asunto para escuchar tus necesidades. ¡Haz cosas para reconectar con lo importante! ¿Que para ti es importante la cercanía de tu familia? Puedes llamar por teléfono una tarde y tomar la merienda acompañada.
Acepta lo que no puedas cambiar. Ésta es una máxima en la vida. Si no puedes cambiarlo, luchar contra esa realidad sólo te va a hacer daño. A veces la vida es imperfecta, no todo está bajo tu control. Aceptar que es así te dará control sobre ti.
No pospongas tu presente. El único momento donde puedes hacer que tu vida sea una vida que merezca la pena ser vivida es hoy. Si pospones tu posible bienestar de hoy por un futuro que no está asegurado, puede que consigas lo que quieres en ese futuro o no, pero desde luego habrás perdido el tiempo pasado. Entonces lo lógico es dedicarle tiempo y atención hoy a lo que para ti es importante, aunque tengas que limitarlo por causas ajenas a tu control.
Desarrollar estas habilidades puede costar tiempo y esfuerzo, pero si lo piensas no hay nada externo que lo impida. Lidiar con la tristeza de forma cariñosa y comprensiva con una misma es cuestión de dedicación, de equivocarse y volver a intentarlo.
No tenemos por qué ser la “súper woman”, ni debemos hacerlo todo solas y perfecto a la primera. Es natural y humano necesitar ayuda para aprender nuevas habilidades. Si crees que te puedo ayudar, contacta conmigo.